Con una caída de casi 850 metros de profundidad y con una altitud de mil 900 metros sobre el nivel del mar, este mirador se embellece porque es hogar de un río que corre en el fondo del abismo.
Aquí crecen múltiples tipos de cactáceas, además de que es hábitat natural de zorros, zopilotes y lagartijas. Dadas sus características montañosas pero también boscosas, es un espacio idóneo para los amantes del senderismo, pues además presenta circulaciones de aire placenteras e incluso favorables para la relajación o desconecte del ajetreo citadino.
Asimismo posee una tirolesa que atraviesa parte de la cañada, ofreciendo así una de las más impresionantes vistas que pueden apreciarse en Hidalgo.
Para aficionados de la escalada, aquí hay posibilidad de practicar rapel y si en definitiva quieres vivir la experiencia completa, existe un espacio para acampar, pues la noche es un espectáculo aparte.
Peña del Aire se caracteriza por ser uno de los sitios en el país libres de contaminación lumínica, por lo que sí las nubes lo permiten, tendrás una vista espectacular de la bóveda celeste y no será difícil que encuentres varias constelaciones.