La botica Morelos, además de conservar su mobiliario original, cuenta con colecciones de botellas y envases, con esencias y aceites; aún es posible acudir para curarse con algunos remedios, preparados al momento.
Es un imperdible de Linares que transporta a aquellas décadas de 1700 cuando la gente acudía a curarse del mal de ojo, de la depresión o del susto.