Sus paredes interiores están pintadas como si un tapiz azul celeste las cubriera, y el altar donde descansa la virgen en un retablo barroco disolvente (tan sobrecargado que ya no se le ven columnas o estípites sosteniéndolo). Tallado en madera y estofado en lámina de oro, el retablo es también es hogar de querubines y serafines esculpidos. Por la parte de atrás del templo tenía el barrio y cofradía de la Inmaculada Concepción de Tlaxcalilla. Tiene una capilla dedicada a nuestra Señora de Loreto.