Al sur de Mexicali, en el camino que conduce hacia San Felipe, se esconde una brecha entre altas montañas y paisajes desérticos. Al encontrarse con este oasis salino el panorama se pinta de blanco. Este es un buen lugar para desconectarse de lo cotidiano y conectar con la naturaleza, en otro de sus diversos rostros.
El Salar es el punto en el que coinciden el Mar de Cortés y el Río Colorado, que al subir la marea se encuentran y a veces hay apenas una pequeña brecha entre los dos. Aquí el agua se estanca en pequeñas lagunas que después, debido a las altas temperaturas, el agua se evapora y sólo queda una capa cristalina de sal.
Al visitarlo, puedes encontrarlo con agua, un espejo enorme que refleja las montañas de una manera espectacular. Es el sitio ideal para darle vuelo a la creatividad a través del lente de tu cámara, un accesorio que no te puede faltar al visitar este hermoso lugar. Cuando lo veas seco, será un poco desconcertante el principio, porque el escenario es tan blanco que parece cubierto de nieve. Considera llevar botas para poder caminar sobre el agua o la sal, cualquiera de sus dos facetas te encantará.