Se trata de un santuario religioso edificado entre 1564 y 1606, que mide 61 metros de largo y unos 10 de altura. Cayó en el olvido cuando se construyó la Presa Nezahualcóyotl (1966) en el Río Grijalva, el segundo cauce más grande de México y cuyo objetivo es nutrir de energía eléctrica a distintas regiones del sur del país.
Al bajar los niveles de agua en la presa Malpaso, los locales se convierten en guías turísticos y con ayuda de pequeñas lanchas ofrecen paseos y avistamientos a Quechula. Esa construcción que impresiona por sus dimensiones y aparente fortaleza, y que hoy en día es refugio para patos, garzas y aves en general.
Además de alojamientos sencillos y muchas áreas verdes, los viajeros pueden acercarse a la gastronomía regional y probar el tradicional caldo de garbanzo con gallina, jocoques curtidos, carne de res con arroz, dulces de yuca y su famoso pozo blanco (una mezcla de cacao, agua y masa).
Horario:
Los horarios varían dependiendo de la visita guiada que se contrate.
Costo:
Las visitas guiadas varían en precio desde los $1,500 hasta los $2,500 por persona.