Durante muchos siglos fue el centro de la vida pública en la población. Hoy en día, alrededor de la iglesia hay un famoso mercado itinerante que aparece cada domingo y que desborda las calles circundantes. Se cree que comenzó con misioneros franciscanos a mediados del siglo XVI quienes construyeron una capilla y varios edificios de apoyo en el sitio del templo actual. Según cuenta la leyenda, el mismo Hernán Cortés, dedico una pequeña capilla a Santiago Matamoros. Esto fue después de ser rodeado y casi asesinado por el desfiante pueblo xochimilca.