En el centro de la plaza se encuentra un quiosco, forjado en Alemania, que agrega un toque pintoresco al ambiente. Los bancos y las sombras de los árboles te invitarán a tomar asiento y relajarte, mientras observas el flujo de la vida cotidiana en el pueblo. La plaza es un lugar perfecto para disfrutar de un café o un helado, adquirir artesanías locales o tomarse una foto junto a la escultura de Juan Rulfo. La iglesia de San Miguel Arcángel, del siglo XIX, sigue siendo un punto focal en la plaza. Con su arquitectura imponente y su fachada blanca, la iglesia añade un toque de espiritualidad y belleza al entorno.
Horario:
Todos los días las 24 hrs.
Costo:
Entrada libre.