La iglesia aún luce sus detalles arquitectónicos originales. No hay que perder de vista los grandes casetones que forman su techumbre, la portería de tres arcos o portal de peregrinos y su claustro. Al interior, espera la capilla de Nuestra Señora del Rayo y sus retablos dorados barrocos. Hay que dedicar tiempo para ver también las pinturas de la Virgen de Guadalupe, la Divina Providencia; y un calvario con imágenes de tamaño natural: la Dolorosa, un Cristo y San Juan. Los días de fiesta, 8 de agosto y 12 de diciembre, el lugar se llena de puestos de comida, hay feria y fuergos pirotécnicos.